El sol se alza en el
tercer día de Juegos. Los tributos se despiertan acalorados por sus abrigos. La
temperatura de la Arena había subido misteriosamente durante la noche y apenas
quedaba nieve en el suelo, sólo pequeños restos blancos en las zonas de sombra.
Lo que le daba a la Arena un aspecto totalmente nuevo.
Clove pasea por el bosque
con ganas de matar. Llevaba tres días en la Arena y aún no había tenido un
encuentro con nadie. Avanza entre los árboles jugando con uno de sus cuchillos
en la mano.
Leeg1 también lleva bastante
tiempo en pie. Había parado a descansar lo mínimamente necesario desde que había
escuchado el cañonazo. Al hacer calor, había abandonado su abrigo para ir más
ligera. Confiaba en encontrar alguna forma de guarecerse si llegaba a
necesitarlo.
Titus había alcanzado el límite
sur del bosque. Frente a él se extiende una explanada arenosa, con zonas
fangosas debido a la nieve derretida. Hacia su derecha, puede ver un exuberante
bosque completamente diferente al anterior, con árboles exóticos y flores
variadas. Para llegar a él tenía que cruzar la zona de Arena. A modo de
precaución, coge una piedra y la lanza unos metros delante de él. Como temía,
la piedra se hunde en el suelo. “Arenas movedizas…” Iba a tener que andar con
mucho cuidado para cruzarlas.
Beetee y Jane se levantan
sorprendidos cuando la enorme capa de hielo donde el día anterior habían pescado,
se había derretido y sólo quedaban algunos trozos de hielo flotando en la
superficie. Al menos tenían un pescado del día anterior para desayunar y tenían la lanza para intentar cazar en el
lago. En eso estaban cuando ven aparecer a Nashvella y Gale bajando desde el río
hacia las orillas del lago. Deciden esconderse entre la arboleda del río antes
de que lleguen.
Annie había reunido el
valor suficiente para salir de su escondite. Llevaba dos días sin comer y el
cuerpo le pedía alimento. Andaba despacio entre los árboles, con miedo de
encontrarse otro tributo. Un sonido le sobresalta, pero sólo es una perdiz
corriendo despavorida. Con un lanzamiento fortuito de su lanza artesanal,
consigue atraparla. Mientras se acerca a por su presa, cae en la cuenta de que
el bosque estaba más silencioso que otros días. ¿De qué huiría el ave?
Finnick continúa avanzando
entre las rocas. Sobre una de ellas ve una mancha negra, y al acercarse
reconoce el abrigo de un tributo. En él ve el número del Distrito 13. Tenía que
ser Leeg1 uno. Decide avanzar hasta encontrarla. Tras un par de horas más
andando, la localiza. Leeg1 le había visto llegar hace tiempo y le corta el
paso apuntándole con el arco al pecho. Finnick piensa en la idea de lanzarle el
tridente, pero la flecha sería más rápida. Puede que su estancia en la Arena se
haya acabado.
Gloss sigue su camino al
lado del cauce del río persiguiendo a Gale. En un momento que mira hacia sus
pies, ve que las piedras del suelo empiezan a temblar. Alarmado se da la vuelta
hacia la montaña y todo el suelo empieza a sacudirse con más fuerza. Incapaz de
mantener el equilibrio, cae al suelo y desde ahí ve como de la cima de la
montaña surge una gran explosión y empieza a salir lava de ella. Cuando el
terremoto termina y el suelo se estabiliza lo suficiente echa a correr por el
borde del río, huyendo de la lava y del fuego que había brotado en el bosque
tras la erupción.
A Rue el terremoto la
sorprende subida en un árbol. Intenta agarrarse, pero las sacudidas son más
fuertes y termina por caerse al suelo. Nota un dolor agudo en el tobillo, pero
no puede detenerse. Echa a correr entre el humo que le llega de entre los árboles
hasta que alcanza el límite oeste del bosque. En ese lugar, el seísmo había
provocado una gran grieta en el suelo. Rue está apunto de caerse en ella, pero
frena justo en el borde. Asustada porque el camino está cortado, sube hacia la
zona rocosa que hay en el norte, lejos del volcán.
Titus no se detiene a
pensárselo más. La erupción le ha hecho decantarse por un camino. Al ver la
lava brotar de la montaña, se lanza a las arenas movedizas. Una segunda
sacudida del suelo, le hace pisar mal y empieza a notar como sus pies comienzan
a sumergirse en el suelo. Mira a su alrededor buscando una escapatoria y ve una
planta de hojas largas a su derecha. Hace un intento de llegar a ella, pero sólo
la roza con la punta de los dedos. La arena ya le llega por el muslo. Al
moverse se hundía más rápido. Vuelve a intentar coger la planta, tenía que
conseguirlo.
Clove echa a correr en
cuanto las sacudidas se lo permiten. Sin darse ni siquiera cuenta de por donde
va, huye del fuego que está arrasando el bosque. Llega a la Cornucopia donde
habían empezado los Juegos. Con suerte, no queda ningún tributo, aunque aún se
ven los restos de sangre. Se sube a ella, para sentirse más segura y tener más
alcance de visión.
Nashvella y Gale llegan al
lago justo antes de la sacudida y se alejan lo más que pueden de los árboles,
metiéndose en el agua. En ese momento son sorprendidos por unas flechas
lanzadas por Beetee y a Jane corriendo hacia ellos con una lanza. Gale echa a
correr hacia ella, agachándose para esquivar su lanza cuando la lanza y la
derriba con un golpe de su maza. Jane intenta defenderse con patadas y
puñetazos, pero su única esperanza es Beetee con las flechas. Nashvella se
dirige hacia Beetee para distraerle, mientras que Gale trata de acabar con
Jane.
-PATROCINIOS-
Rue alcanza las rocas
cojeando. Se esconde bajo una de ellas y se mira el tobillo inflamado. El dolor
le impide avanzar más, pero al menos ha escapado del alcance de las llamas.
Annie tiene el tiempo
suficiente para coger su presa y escapar antes de que las llamas la rodeen por
completo. Sale del bosque por la zona norte, y llega también a la zona rocosa. Allí
se detiene a recobrar la respiración y a liberarse de todo el humo que había
inhalado, sin detenerse a pensar si la veían o no.
Beetee ve como Jane está
atrapada por Gale. Lanza varias flechas a Gale, pero falla por encontrarse
demasiado lejos, además de que la presencia de Nashvella acercándose a él
armada con la espada le impide concentrarse. Jane sigue luchando intentando
quitarse a Gale de encima. A Beetee sólo le quedan tres flechas. Tras unos
instantes de vacilación y un cruce de miradas con Jane, lanza una de las
flechas a Nashvella para detener su avance y hecha a correr bordeando el río
hacia las montañas que hay al otro lado. La flecha le alcanza a Nashvella en el
muslo. Cae al suelo con un gemido de dolor y apretando los dientes se la
arranca mientras ve a Beetee alejándose. Gale le da un último golpe con la maza
a Jane en la cabeza. Jane deja de moverse y Gale se acerca a Nashvella para ver
cómo está. Se escucha el cañonazo. Gale y Nashvella deciden asentarse donde
antes se refugiaban Jane y Beetee.
Gloss sigue corriendo
entre jadeos. La lava le sigue los pasos muy de cerca y cada vez hay más fuego
a su alrededor. Las ramas ardientes se van desprendiendo de los árboles ante
sus ojos. Una de ellas le alcanza en la espalda. Deja escapar un gemido ante el
dolor lacerante que le provoca, pero sigue corriendo hasta que el río se
ensancha en la desembocadura del lago y el bosque llega a su límite. El dolor y
el agotamiento por la carrera no le dejan avanzar más, por lo que se deja caer
dentro del río. Se agarra a una piedra para que no le lleve la corriente
mientras el frescor del agua le alivia el dolor.
Titus sigue luchando
contra la arena. Sólo tiene la cabeza y los brazos al descubierto. Se estira
con desesperación hacia la planta, pero cada vez la nota más lejos y el cuerpo
más hundido. Cierra la boca cuando la Arena le llega por la nariz. Cuanto más
se mueve más se hunde, pero no tiene más opción. Con la cabeza sumergida sigue
moviendo los brazos hacia la planta, pero no llega. Finalmente, se ve como sus
manos son tragadas por el suelo. Tras unos minutos suena el cañonazo.
Clove mira las llamas con
aprensión. El bosque era un buen refugio, pero ahora iba a estar todo
carbonizado. Cuando las llamas se calman y ve que no corre peligro, baja de la
Cornucopia a hacerse con los restos de comida que quedan y alguna arma más.
Finnick y Leeg1 se miran
fijamente el uno al otro durante unos minutos que parecen eternos. Finnick se
fija en el trozo de tela que rodea el brazo de Leeg1 y en el ligero temblor del arco. La mira unos
instantes más antes de hablar, confiando en tener suerte. Hace un gesto con la
barbilla hacia su herida y alza la voz para que la oiga.
-Vas a fallar y a perder
una flecha. Estás lejos y tienes el brazo herido.
Leeg1 le sigue apuntando
sin apartar la mirada, aunque aumenta el temblor de sus manos.
Finnick aprieta los
dientes en tensión y se agacha para dejar el tridente en el suelo.
- Aliémonos. Así tú sola
no vas a aguantar mucho tiempo. Salimos los dos ganando.
Tras unos instantes de
duda, Leeg1 baja el arco y se acerca a él.
-De acuerdo. Aliémonos.
Estrechan la mano y
deciden avanzar hacia el sur, donde alcanzan a ver un bosque tropical de extraños
árboles.