domingo, 5 de mayo de 2013

JUEGOS - DÍA 3




El sol se alza en el tercer día de Juegos. Los tributos se despiertan acalorados por sus abrigos. La temperatura de la Arena había subido misteriosamente durante la noche y apenas quedaba nieve en el suelo, sólo pequeños restos blancos en las zonas de sombra. Lo que le daba a la Arena un aspecto totalmente nuevo.

Clove pasea por el bosque con ganas de matar. Llevaba tres días en la Arena y aún no había tenido un encuentro con nadie. Avanza entre los árboles jugando con uno de sus cuchillos en la mano.
                                  
Leeg1 también lleva bastante tiempo en pie. Había parado a descansar lo mínimamente necesario desde que había escuchado el cañonazo. Al hacer calor, había abandonado su abrigo para ir más ligera. Confiaba en encontrar alguna forma de guarecerse si llegaba a necesitarlo.

Titus había alcanzado el límite sur del bosque. Frente a él se extiende una explanada arenosa, con zonas fangosas debido a la nieve derretida. Hacia su derecha, puede ver un exuberante bosque completamente diferente al anterior, con árboles exóticos y flores variadas. Para llegar a él tenía que cruzar la zona de Arena. A modo de precaución, coge una piedra y la lanza unos metros delante de él. Como temía, la piedra se hunde en el suelo. “Arenas movedizas…” Iba a tener que andar con mucho cuidado para cruzarlas.

Beetee y Jane se levantan sorprendidos cuando la enorme capa de hielo donde el día anterior habían pescado, se había derretido y sólo quedaban algunos trozos de hielo flotando en la superficie. Al menos tenían un pescado del día anterior para desayunar y  tenían la lanza para intentar cazar en el lago. En eso estaban cuando ven aparecer a Nashvella y Gale bajando desde el río hacia las orillas del lago. Deciden esconderse entre la arboleda del río antes de que lleguen.

Annie había reunido el valor suficiente para salir de su escondite. Llevaba dos días sin comer y el cuerpo le pedía alimento. Andaba despacio entre los árboles, con miedo de encontrarse otro tributo. Un sonido le sobresalta, pero sólo es una perdiz corriendo despavorida. Con un lanzamiento fortuito de su lanza artesanal, consigue atraparla. Mientras se acerca a por su presa, cae en la cuenta de que el bosque estaba más silencioso que otros días. ¿De qué huiría el ave?

Finnick continúa avanzando entre las rocas. Sobre una de ellas ve una mancha negra, y al acercarse reconoce el abrigo de un tributo. En él ve el número del Distrito 13. Tenía que ser Leeg1 uno. Decide avanzar hasta encontrarla. Tras un par de horas más andando, la localiza. Leeg1 le había visto llegar hace tiempo y le corta el paso apuntándole con el arco al pecho. Finnick piensa en la idea de lanzarle el tridente, pero la flecha sería más rápida. Puede que su estancia en la Arena se haya acabado.

Gloss sigue su camino al lado del cauce del río persiguiendo a Gale. En un momento que mira hacia sus pies, ve que las piedras del suelo empiezan a temblar. Alarmado se da la vuelta hacia la montaña y todo el suelo empieza a sacudirse con más fuerza. Incapaz de mantener el equilibrio, cae al suelo y desde ahí ve como de la cima de la montaña surge una gran explosión y empieza a salir lava de ella. Cuando el terremoto termina y el suelo se estabiliza lo suficiente echa a correr por el borde del río, huyendo de la lava y del fuego que había brotado en el bosque tras la erupción.

A Rue el terremoto la sorprende subida en un árbol. Intenta agarrarse, pero las sacudidas son más fuertes y termina por caerse al suelo. Nota un dolor agudo en el tobillo, pero no puede detenerse. Echa a correr entre el humo que le llega de entre los árboles hasta que alcanza el límite oeste del bosque. En ese lugar, el seísmo había provocado una gran grieta en el suelo. Rue está apunto de caerse en ella, pero frena justo en el borde. Asustada porque el camino está cortado, sube hacia la zona rocosa que hay en el norte, lejos del volcán.

Titus no se detiene a pensárselo más. La erupción le ha hecho decantarse por un camino. Al ver la lava brotar de la montaña, se lanza a las arenas movedizas. Una segunda sacudida del suelo, le hace pisar mal y empieza a notar como sus pies comienzan a sumergirse en el suelo. Mira a su alrededor buscando una escapatoria y ve una planta de hojas largas a su derecha. Hace un intento de llegar a ella, pero sólo la roza con la punta de los dedos. La arena ya le llega por el muslo. Al moverse se hundía más rápido. Vuelve a intentar coger la planta, tenía que conseguirlo.

Clove echa a correr en cuanto las sacudidas se lo permiten. Sin darse ni siquiera cuenta de por donde va, huye del fuego que está arrasando el bosque. Llega a la Cornucopia donde habían empezado los Juegos. Con suerte, no queda ningún tributo, aunque aún se ven los restos de sangre. Se sube a ella, para sentirse más segura y tener más alcance de visión.

Nashvella y Gale llegan al lago justo antes de la sacudida y se alejan lo más que pueden de los árboles, metiéndose en el agua. En ese momento son sorprendidos por unas flechas lanzadas por Beetee y a Jane corriendo hacia ellos con una lanza. Gale echa a correr hacia ella, agachándose para esquivar su lanza cuando la lanza y la derriba con un golpe de su maza. Jane intenta defenderse con patadas y puñetazos, pero su única esperanza es Beetee con las flechas. Nashvella se dirige hacia Beetee para distraerle, mientras que Gale trata de acabar con Jane.

-PATROCINIOS-

Rue alcanza las rocas cojeando. Se esconde bajo una de ellas y se mira el tobillo inflamado. El dolor le impide avanzar más, pero al menos ha escapado del alcance de las llamas.

Annie tiene el tiempo suficiente para coger su presa y escapar antes de que las llamas la rodeen por completo. Sale del bosque por la zona norte, y llega también a la zona rocosa. Allí se detiene a recobrar la respiración y a liberarse de todo el humo que había inhalado, sin detenerse a pensar si la veían o no.

Beetee ve como Jane está atrapada por Gale. Lanza varias flechas a Gale, pero falla por encontrarse demasiado lejos, además de que la presencia de Nashvella acercándose a él armada con la espada le impide concentrarse. Jane sigue luchando intentando quitarse a Gale de encima. A Beetee sólo le quedan tres flechas. Tras unos instantes de vacilación y un cruce de miradas con Jane, lanza una de las flechas a Nashvella para detener su avance y hecha a correr bordeando el río hacia las montañas que hay al otro lado. La flecha le alcanza a Nashvella en el muslo. Cae al suelo con un gemido de dolor y apretando los dientes se la arranca mientras ve a Beetee alejándose. Gale le da un último golpe con la maza a Jane en la cabeza. Jane deja de moverse y Gale se acerca a Nashvella para ver cómo está. Se escucha el cañonazo. Gale y Nashvella deciden asentarse donde antes se refugiaban Jane y Beetee.

Gloss sigue corriendo entre jadeos. La lava le sigue los pasos muy de cerca y cada vez hay más fuego a su alrededor. Las ramas ardientes se van desprendiendo de los árboles ante sus ojos. Una de ellas le alcanza en la espalda. Deja escapar un gemido ante el dolor lacerante que le provoca, pero sigue corriendo hasta que el río se ensancha en la desembocadura del lago y el bosque llega a su límite. El dolor y el agotamiento por la carrera no le dejan avanzar más, por lo que se deja caer dentro del río. Se agarra a una piedra para que no le lleve la corriente mientras el frescor del agua le alivia el dolor.

Titus sigue luchando contra la arena. Sólo tiene la cabeza y los brazos al descubierto. Se estira con desesperación hacia la planta, pero cada vez la nota más lejos y el cuerpo más hundido. Cierra la boca cuando la Arena le llega por la nariz. Cuanto más se mueve más se hunde, pero no tiene más opción. Con la cabeza sumergida sigue moviendo los brazos hacia la planta, pero no llega. Finalmente, se ve como sus manos son tragadas por el suelo. Tras unos minutos suena el cañonazo.

Clove mira las llamas con aprensión. El bosque era un buen refugio, pero ahora iba a estar todo carbonizado. Cuando las llamas se calman y ve que no corre peligro, baja de la Cornucopia a hacerse con los restos de comida que quedan y alguna arma más.

Finnick y Leeg1 se miran fijamente el uno al otro durante unos minutos que parecen eternos. Finnick se fija en el trozo de tela que rodea el brazo de Leeg1 y  en el ligero temblor del arco. La mira unos instantes más antes de hablar, confiando en tener suerte. Hace un gesto con la barbilla hacia su herida y alza la voz para que la oiga.

-Vas a fallar y a perder una flecha. Estás lejos y tienes el brazo herido.

Leeg1 le sigue apuntando sin apartar la mirada, aunque aumenta el temblor de sus manos.
Finnick aprieta los dientes en tensión y se agacha para dejar el tridente en el suelo.

- Aliémonos. Así tú sola no vas a aguantar mucho tiempo. Salimos los dos ganando.

Tras unos instantes de duda, Leeg1 baja el arco y se acerca a él.

-De acuerdo. Aliémonos.

Estrechan la mano y deciden avanzar hacia el sur, donde alcanzan a ver un bosque tropical de extraños árboles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario